En Amuna, el calor se convierte en una herramienta terapéutica.
Nuestros espacios de sauna infrarrojo y sauna convencional están diseñados para activar los procesos naturales de desintoxicación, regenerar tejidos y promover el equilibrio metabólico, dentro de un entorno de calma y bienestar profundo.

Sauna infrarrojo
Utiliza luz infrarroja para penetrar de manera directa en las capas profundas de la piel, estimulando la producción de colágeno, mejorando la circulación y acelerando la eliminación de toxinas sin elevar en exceso la temperatura ambiental.
Es ideal para reducir la inflamación, aliviar dolores musculares y favorecer la recuperación tras el entrenamiento o la crioterapia.

Sauna convencional
El clásico baño de vapor seco que eleva la temperatura corporal, promoviendo la sudoración, la relajación muscular y la liberación de endorfinas.
Favorece la oxigenación tisular, mejora la función cardiovascular y genera una profunda sensación de limpieza y bienestar.

Ambas experiencias forman parte de nuestras terapias de hormesis, pensadas para estimular la resiliencia celular, fortalecer el sistema inmune y prolongar la vitalidad.

Beneficios: desintoxicación, relajación, regeneración y equilibrio.
Duración recomendada: 20 a 30 minutos por sesión.

El Hamam, también conocido como baño turco, es una experiencia ancestral de purificación que combina vapor, calor suave y humedad controlada para inducir una relajación profunda y una limpieza integral de la piel y los sentidos.

A diferencia del sauna seco, el Hamam trabaja con vapor cálido y humedad elevada, lo que favorece la apertura de los poros, la eliminación de toxinas y la activación de la microcirculación cutánea.
El resultado es una piel más luminosa, suave y oxigenada, y una mente en estado de quietud y equilibrio.

En Amuna, el Hamam se integra dentro de las terapias de hormesis, potenciando los efectos de la crioterapia y del sauna infrarrojo para estimular la regeneración celular y fortalecer la respuesta inmunológica.

Beneficios: limpieza profunda, relajación muscular y claridad mental.
Duración recomendada: 20 a 30 minutos, ideal como parte de un circuito de bienestar.

La crioterapia es una de las herramientas más potentes dentro de las terapias de hormesis en Amuna, diseñada para activar los mecanismos naturales de reparación, longevidad y equilibrio del cuerpo.

En cada sesión dentro del IcePod, el cuerpo se expone durante 2 a 3 minutos a temperaturas entre –110°C y –140°C, generando un shock térmico controlado que estimula la circulación, activa la producción de endorfinas y acelera los procesos de regeneración celular.

Este contraste extremo desencadena una respuesta biológica que reduce la inflamación, mejora la calidad del sueño, potencia la energía y favorece la recuperación muscular y metabólica.
Además, promueve la liberación de noradrenalina y colágeno, aportando beneficios tanto físicos como mentales: claridad, foco y bienestar inmediato.

En Amuna, la crioterapia se integra dentro de los programas de longevidad y rendimiento, complementando el entrenamiento personalizado, el sauna infrarrojo y el Hamam, para restablecer la homeostasis y fortalecer la resiliencia del organismo.

Beneficios: energía inmediata, regeneración celular, reducción de inflamación y mejora del estado de ánimo.
Duración: 2–3 minutos por sesión.
Frecuencia recomendada: 1 a 3 veces por semana, según el protocolo de bienestar.